PINFANIA

Infancia, adolescencia y juventud

 




 

La palabra Patria, como tantas otras, procede del latín «terra patria» o tierra de los padres, que alude a la tierra natal; para muchas personas tiene connotaciones casi sagradas por ser el lugar donde tradicionalmente estaban enterrados los restos de sus antepasados.

La RAE le otorga varios significados, en su primera acepción la define con amplitud como «Tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos». Un ejemplo, España.

El diccionario en una segunda acepción precisa algo más la ubicación, definiéndola como «Lugar, ciudad o país en que se ha nacido», en cuyo caso estaríamos hablando de patria chica. Un ejemplo: Écija, mi pueblo.

No conforme con lo anterior, se alarga con una tercera y mística acepción «Cielo o gloria», que entiendo debe ser exclusiva para los creyentes pues la define como patria celestial. No encuentro ejemplos, solamente se me ocurren sinónimos y antónimos, como paraíso, edén, averno o infierno.

Derivadas de Patria definiremos «la madre patria» (para designar una nación madre), «patriota» (persona que profesa amor a la patria), compatriota (persona de la misma patria que otra), etc., pero no se ajustan a lo que magistralmente definió el poeta y novelista Rainer María Rilke, para quien «la verdadera patria del hombre es la infancia».

Este libro trata precisamente de una de ellas, en concreto de la mía.